miércoles, 5 de octubre de 2016

BAÑARSE EN PRESELA





Foto: Saramarfer
Por Jose Manuel Fernández Sobrino

Cuando tuve uso de razón me dejaron claro que para bañarse en el Miño tenían que haber transcurrido dos horas desde el final de la comida. Y es que "podía cortarse la digestión y te morías". Supe que eso era en Orense, en el Puente.
En Medeiros, no. Porque en Medeiros, aún no habíamos terminado de comer,  y ya se oía en el patio de la casa de los abuelos la llegada de críos de las viejísimas casas próximas.

 Era la señal inequívoca que empezaba a "xornada de tarde". Con mis padres, había llegado el momento de dormir la siesta. Con los abuelos, no. Había que bajar las escaleras de piedra al final del corredor y unirse al grupo. Por cierto, me sorprendieron, desde el primer día, aquellos niños más pequeños de los años cuarenta que "lucían" unos pantalones con una abertura por la que se asomaba abiertamente el aparato urinario. Era el sistema más cómodo y seguro de sus madres para que cuando llegara la hora de "mear" lo hicieran de manera cómoda, limpia, segura y automática.

 Pero aquella tarde, iba a quedar claro que lo de las dos horas transcurridas desde la comida al baño no era tal. Porque el personal menudo, estimó oportuno que había llegado el momento de ir al "regato de Presela" que estaba así como a un kilometro de casa, camino abajo. Me daba vueltas en la cabeza la idea de respetar el plazo. Pero vi que nada mas llegar, todos los colegas se liberaron de la poca ropa que llevaban y "en pelota viva" se lanzaban al agua.

 No tarde en sumarme a la sesión. En el fondo estaba esperando notar algún síntoma de lo improcedente de la decisión. Pero no. Hacía un calor bárbaro, sudaba, y el frescor de aquella  agua tan clara, lejos de hacer daño,  producía una enorme sensación placentera. Estuve un buen rato dando brincos, chapuzando, salpicando, hasta que me pareció prudente salir,..

 Conclusión. Eso de las dos horas era cuento chino. "Bañarse de sesta" como decía mi primo Antonio “moi ben senta”. Muchas veces lo hicimos aquel verano., Y no solo en Presela. En Souto bahia, en la Presa de la Luz...Medeiros era diferente.

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