viernes, 13 de enero de 2017

DE COMER “A VITELA O FIN DE FESTA”


Por Xose Manuel Fernández Sobrino

En el caso de aquella “festa do 15 de agosto do 46” que me tocó vivir quería volver sobre dos aspectos. Lo de “comer a vitela” con  lo que remataba el capítulo anterior, recordando aquella tan especial fecha. También en lo apuntado que la fiesta concluía cuando se acababa la luz natural, dado que a Medeiros como en el resto de nuestro mundo rural en aquellos tiempos, no había llegado la luz eléctrica. Y es que aquel año iba a tener ocasión de vivir una ajetreada como inesperada situación. Pero no adelantemos acontecimientos. Vayamos por partes.
No era cosa que una jornada tan especial la viviéramos a la hora de comer los cuatro de siempre. Es decir, los abuelos, Antonio y yo. Fuimos a comer a “casa do carteiro, o Tío Domingos” donde nos esperaba a vitela  que con esmero había preparado la tía Estrella. Para mí era novedad. Ya os comenté que en Medeiros no había carnicería y, si se quería "comer a vitela", había que traerla desde el valle de Monterrei, desde Albarellos, por lo menos. Pero para o 15 era diferente.Ya os comenté como la habían traído y  vendido en el pueblo carniceros ambulantes.
Foto: Álbum familiar
La previsión estaba hecha y sólo pensaba cómo la habían podido preparar. Supe que era carne cocida, con su verdura, especialmente,  junto con garbanzos y patatas , os cachelos, todo procedente de las huertas familiares. ¿Y habría postre? Pues parece ser que en muchas casas  sí, porque en los hornos del pueblo se habían preparado unos dulces, como los famosos roscones y…bueno, sería eso. Los conocimientos de mi particular informador, mi inseparable Antonio, no iban más allá.

Aunque en este caso hubo suerte. El tío Domingos, o carteiro, contaba con el puesto colocado junto a la Iglesia donde vendían sandías venidas no se sabe dónde, y se hizo con una. Era bien "grandota"  por cierto y que, por aquello de la novedad, su hijo Pepe, uno de mis primos un poco más mayores, se apresuró a recoger y exhibir como un trofeo. Con tanto orgullo que ya de  camino a casa, la lanzaba al aire y la volvía a coger, como si fuera un balón de fútbol blocado por un habilidoso portero.
El tío Domingos no era partidario de aquellos alardes y no había hecho más que soltar dos o tres tacos contundentes para frenar el ímpetu  del chaval. Fue entonces, cuando un tropezón en uno de los pedruscos del camino, le hizo perder el equilibrio  y la espectacular sandía fue, precisamente, a estrellarse en otra buena piedra, salpicando jugo y carne roja  del fruto. Fue entonces cuando la lista de sonoros y gruesos tacos proferidos por el bueno do carteiro  subió espectacularmente de tono. Mientras, mi primo Pepe que entendía como nadie aquel lenguaje y sus consecuencias, abandonó los trozos de sandía y corrió camino de casa en veloz carrera mientras su padre no dejaba de “taquear”.   La letanía tuvo su final pronunciado por el tío “bó..., alá foi o postre da festa o carallo”.

La verdad que no importó mucho ya que  a vitela preparada por la tía Estrella, que en mi casa de Ourense llamaríamos cocido, estaba buenísima.  Además, como llevaba tantos días sin comer carne de ternera, me supo especialmente bien. Y con buenas perspectivas porque Antonio me aclaró “seguro que non a coceron toda e coa carne que sobróu,  han de fretir mañan unos bistes”. Lo cierto fue que entre el bullicio de los asistentes, las risas, las bromas y lo rico que estaba el cocido, mi querido primo Pepe, se libró de buena.

Foto: Álbum familiar
Ya os conté lo que dio de sí la fiesta. Fue pasando poco a poco la tarde, los músicos tocaron desde media tarde hasta entrada la noche, la gente bailó y se acabó la historia. Nos fuimos para casa. Ahora ya, cada uno a la suya. Y a tratar de dormir.


Pero falta el improvisado “fin de fiesta”.  Cuando ya todos dormíamos, pegué un brinco de la cama porque en el silencio de aquella noche de agosto, empezaron a sonar las campanas de la iglesia.  La paz, el silencio de la noche, se vio interrumpido de tal manera que la gente salía de las casas hacia el camino sin saber a dónde ir.
“¿Onde é o lume?” decían unos. Alguno, que venía en dirección contraria, gritaba desesperadamente “polo resplandor vese de cara a Outeiro”. Finalmente alguien concretaba “vai ser na aira de arriba”.  Aquellas carreras, aquellas voces, todo a oscuras en la noche, sin luz alguna, asustaba y no digamos a un niño como yo, que no sabía que hacer.  Providencialmente, me cogió de la mano el abuelo “non te soltes, que inda vante tirar, é ti tamén Antonio, ven de cara eiquí”. En mi nulo conocimiento de lo que ocurría y cada vez más asustado, me sorprendía seguir viendo salir de las casas a la gente provistas de calderos, tinas... Suponía que  dispuestos a acudir con agua…pero pensaba ¿y de dónde la van a sacar? .
Lo más deprisa que pudimos dimos con el fuego. Había ardido  ya un pajar, una meda. La clave estaba en aislar el resto. La valoración de alguno giraba en “e menos mal que a malla está feita e só hai palla”. Pero impresionaba ver a la gente nerviosísima, con prisa, dando voces, corriendo con calderos camino de la fuentes más próxima o de los pozos particulares, acercándose al fuego, echando agua, otros retirando paja,…
No sé con certeza el tiempo que estuvimos allí. Iluminados por el fuego hasta que quedamos felizmente a oscuras, sólo con la luz de la luna en la noche. La gente estaba cansada, tiznada,  a medio vestir, despeinada…
Tuve la impresión  que aquello no iba a olvidarlo en la vida. Y así fue, como tantas otras cosas de aquel verano en Medeiros. Fuimos luego camino de casa de la mano del abuelo para no tropezar en las grandes piedras del camino.
Fue difícil retomar el sueño. Al día siguiente pensaba, cuando íbamos a salir con las cabras al monte, si era verdad todo lo ocurrido en mi primera “festa do 15” o había tenido un mal sueño, o lo que llamaban pesadilla.
 Con los años, desgraciadamente, ya sabemos que los incendios no han sido malos sueños. Siguen siendo una triste realidad para nuestra tierra.
Foto: BrunoMedeiros
(https://es-la.facebook.com/Bs17Photography-329997713787155)

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